Ridley Scott atiza pasiones sobre Napoleón, en Francia contraatacan

París, 26 nov (Prensa Latina) Esperada como todo lo que viene de Ridley Scott (Alien, Gladiador y Blade Runner), el biopic sobre Napoleón asaltó esta semana las salas de cine por el mundo, sin que en Francia la acogida sea muy grata.
Seguramente nadie puso en duda que la actuación del oscarizado Joaquin Phoenix estaría a la altura, pero la recepción en suelo galo pasa por mucho más que histriones o que espectaculares escenas de batallas épicas como Waterloo y Borodinó, pues se trata de una figura cimera de la historia francesa y universal, que genera de todo menos indiferencia.    Para entender un poco el tema y al margen de si consideran un héroe o un villano al nacido en Córcega en 1769 y fallecido en la inaccesible isla de Santa Elena en 1821, pudiera bastar la encuesta realizada por el Instituto Francés de Opinión Pública (IFOP) y Fiducial para Sud Radio, en el contexto de la salida del largometraje.
El 74 por ciento de los entrevistados consideró que las acciones de Napoleón, revolucionario y después cónsul, emperador y conquistador, tuvieron un impacto positivo para el país, un criterio en alza, al compararlo con el existente en 1969, cuando siete de cada 10 participantes en el sondeo fijó tal posición.
Semejante perspectiva es mucho más positiva que la que podría creerse al escuchar el discurso sobre Napoleón I, estimó el director de la sección de Política y Actualidad del IFOP, François Kraus.
Una primera cuestión resalta, el estadista y militar presentado por Scott, a sus 85 años un ilustre veterano detrás de cámara, parece el centro de una gran historia de amor, coprotagonizada por Josefina, en cuya piel se metió -y de qué manera- la joven actriz británica Vannesa Kirby.
Para el director de la Fundación Napoleón, Thierry Lentz, la historia contada por el realizador relega el verdadero papel del estratega, a quien los estudiosos catalogan entre los más grandes, junto a Alejandro Magno, Julio César o Genghis Kan y Aníbal.    «La película es bastante decepcionante, porque no dice nada de la verdadera historia de Napoleón, pues parte del principio de que él hizo todo para seducir a Josefina, cuando en realidad Napoleón no intento conquistar al mundo para conquistarla a ella», advirtió citado por la cadena RMC.
También categórico y decepcionado de cara a la cinta de casi dos horas y 40 minutos de duración se mostró en el diario Le Monde el historiador Yann Potin, para quien el filme de Ridley Scott «pasa por alto la verdadera herencia de Napoleón».
Después de ver Gladiador (2000) y la manera en la que transformó el género Péplum (sandalia y espada), esperaba algo similar, sin embargo, mis expectativas quedaron por debajo, abundó.
Franco como siempre, Scott no permaneció en silencio frente a las críticas y espetó un duro «los franceses no se gustan ni a sí mismos».
Interrogado por la BBC sobre las reacciones, dejó entrever lo poco que le importan los comentarios negativos, al igual que el hecho de no ganar un Oscar, pese a su extensa e ilustre filmografía.
Asimismo, otorgó mayor relevancia al objetivo de llevar a la pantalla grande a un personaje «tan fascinante, que fue odiado, adorado y más famoso que cualquier líder político de la historia».
El Napoleón de Scott merece la pena disfrutarlo, aunque al final no baste para penetrar en la vida de un ser humano del que se seguirá hablando por generaciones.